El descanso es muy importante para llevar una vida saludable, y dentro del descanso lo más importante es dormir bien. El colchón es una parte importantísima para dormir bien, en ocasiones es el responsable de que no descansemos correctamente y nos levantemos cansados o con dolores de espalda.

El colchón es un elemento primordial para el descanso, si bien es verdad que normalmente no se le da la importancia que merece. Un colchón que no nos venga bien para nuestro cuerpo puede llegar a provocarnos dolores cervicales y empeorar nuestra calidad de sueño.

No existe un colchón perfecto, sino que seremos nosotros los que tendremos que encontrar el adecuado a nuestro cuerpo, con la premisa de que nos garantice una posición natural sin tensiones.

Podemos encontrar colchones de multitud de materiales, alturas y firmezas con distintas calidades, siempre será importante poder probarlo antes de adquirirlo para confirmar si se adecua a nuestras necesidades.

Tipos de colchones por material.

Colchón de muelle ensacado: los colchones de muelles ensacados reducen los puntos de presión, una característica que hace que el colchón se adapte al cuerpo como un guante y que no se deforme. Presentan una gran firmeza porque recogen el peso y lo distribuyen por toda la superficie.  Generalmente, a mayor altura, gama más alta y mayor firmeza. Los colchones de muelles ensacados suelen tener mayor calidad que aquellos con núcleo de espuma y viscoelástica. Además, para problemas de espalda suele ser recomendable elegir colchones firmes.

Colchón de espuma HR: los colchones HR están están fabricados con espuma de poliuretano. Se trata de un material sintético muy mullido (parecido al látex) que permite la adaptabilidad total de nuestro cuerpo al colchón y un tiempo de respuesta corto. Destacan por la transpirabilidad, su firmeza y durabilidad, buena adaptabilidad y una gran resistencia a la humedad y a los cambios de temperatura.

Colchón de látex: un colchón de látex, es aquel donde se ha reemplazado el núcleo (de muelles, espuma, etc.) por un núcleo compacto de látex. La cantidad de látex natural en el colchón es variable entre el 25% y el 90%, el resto suele ser espuma de látex sintética. Los colchones de látex tienen una gran capacidad de adaptación, gran elasticidad y reducen los puntos de presión.

Colchón de viscoelástica: un colchón viscoelástico es un colchón compuesto de espuma y viscoelástica. El núcleo central, generalmente es de una espumación y puede incluir alguna capa más como aditivo. Son colchones con gran adaptabilidad, que eliminan los puntos de presión, higiénicos, con gran durabilidad y dan sensación de calor.

Escogiendo nuestro colchón.

Un colchón no es algo barato pero es importante recordar la importancia de comprar uno con materiales de calidad y que se adapte bien a nosotros. Un buen colchón nos puede durar hasta 10 años, si tenemos en cuenta todas las noches que lo utilizaremos podremos ver que el desembolso no es tan grande.

Normalmente las personas jóvenes necesitan colchones más firmes, y conforme pasan los años los expertos recomiendan la reducción de la dureza para ayudar a articulaciones y huesos.

Para las personas mayores suele ser más recomendable los colchones de viscoelástica, y para los jóvenes los de HR o muelle ensacado, y para las personas de mediana edad lo más recomendable suele ser muelle ensacado o látex.

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